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Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

martes, 15 de marzo de 2011

¿Quién soy?

¿Quién soy?
-Rango-

La semana pasada fui al cine y he visto “Rango”. Hay algo en esta película, tiene mucha reflexión existencial. Su fantástico protagonista, parece afectado por una crisis de identidad, dando lugar a una peculiar propuesta. Me ha hecho recordar algo que escribí en clase de Historia de las religiones hace algunos años.
Al hombre se le revela la cuestión sobre sí mismo como inevitable; no es él primero el cuestionante, sino el cuestionado. Es decir, él existe interpelado por ella, puesto radicalmente en cuestión, lo cual significa, que su existencia no es autofundante, sino esencialmente referida: tiene su origen y su centro fuera de sí, no está fundamentada ni finalizada en sí misma. Esta es la fuente de toda pregunta sobre sí para el creyente: el hecho de existir referido a un Misterio Insondable, que nos interpela con su presencia. Él hombre se encuentra, así, escindido porque él es el interrogado y también el interrogador; de ahí que resulte inevitable el hecho de la insuficiencia de toda respuesta: de ahí, también, que, en último término, el hombre sea un misterio para sí, que tenga conciencia de ser, pero nunca de tenerse.
De esta manera, el hombre se revela como un experimento en el que él mismo toma parte activa y entra en juego. Desde la fe, tal experimento se traduce en conjugar la incógnita de Dios -la pregunta por Él- con la propia incógnita -la pregunta por mí-. Es éste el lugar donde el hombre se pierde y se halla continuamente, siempre remitido a Dios. Entre la constatación de S. Agustín en sus Confesiones: "me he hecho para mí una cuestión", y la esperanza de la Carta a los Corintios: "entonces conoceré como soy conocido" (1Co 13, 12), el creyente se encuentra viviendo su vida, pero de tal manera que no es vivida como suya; sólo de este modo, ser cuestión para sí mismo será no una tragedia sino el don de ir haciéndose delante de Dios, viviendo la pregunta y la respuesta no desde la exigencia, sino desde la gratitud.
"¿Quien soy?. Las respuestas solitarias se burlan de mí. Sea quien sea, Tú me conoces, tuyo soy, ;Oh Dios!"     
- D. Bonhoeffer -

9 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído varias veces la entrada, la he pensado a fondo, la he reflexionado y al final... no se que decir... nunca me hice esa pregunta, me ha bastado siempre con saber que Dios me quiso aqui, que me regalo la vida y que la he de vivir de manera que mis pasos al final me lleven hacia Él.
Muchas gracias por esta entrada.
Un abrazo.

Angelo dijo...

No me tarjao para nada el trailer de esta película, pero le has sacado tanto jugo espiritual, que me has abierto las ganas de verla. ¡Quién lo iba a decir! Es genial, saber ver detrás de las cosas más inesperadas, el mensaje del amor.
Off topic. Me gusta el banner en flash que encabeza el blog. Lo he visto en otros, no logro encontrar la fuente. ¿Te importaría compartirla? Gracias. Nunca te lo he dicho, pero tienes un blog muy elegante y atractivo

IOSEPH dijo...

Tiene usted razón. El hombre se pregunta por sí mismo, pero esa cuestión obtiene una respuesta, hasta que encuentra a Dios, aquél que es la Verdad. El hombre tiene conciencia de ser, pero nunca de tenerse, como dice San Agustín: Nos has creado, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti. El hombre ciertamente fue creado para estar con Él, por eso, tiene conciencia de ser y no de poseerse. El hombre es, por naturaleza, un ser trascendente.
La respuesta se torna en gratitud, pues al descubrir que ha sido creado por Dios, el hombre trata de actuar libremente desde el amor de Aquél que lo amó primero.


José Sánchez 1ero. Filosofía.

GERARDO ESQUIVEL dijo...

Lo dicho en la entrada anterior es verdadero, por lo cual quisiera comentar un poco sobre el tema.
Todo lo creado tiene un principio o un origen, este es el caso del hombre que suele preguntarse por el origen de su existencia. Sucede que piensa encontrar su origen dentro de sí mismo, sin darse cuenta que dicho origen se encuentra fuera de él. Es decir que su existencia le es dada por alguien superior a él. Dado esto llegamos al punto en el cual el hombre se queda estupefacto ante un gran misterio; ante la presencia de aquél, al que no somos capaces ni de verle el rostro, por lo cual no queda más que inclinar cabeza y reconocer la grandeza de este ser superior, que es Dios, creador de todo, y en este caso, dador de nuestra existencia. Entonces resulta que el hombre es interrogado e interrogador, de ahí que al hombre le cueste entender su propia existencia. Pero lo bonito es que entre más cerca estamos de aquél que nos dio la existencia, entendemos mejor dicha existencia.
Es importante que nos hagamos esta pregunta ¿Quién soy?, ya que así podremos darnos cuenta también de ¿Porqué soy así? y ¿Para qué soy así? En otras palabras esto nos ayudará a hallarle un mayor sentido a nuestra existencia, y saber por qué y para que hemos sido creados, por Dios (creador de todo cuanto existe).

GERARDO ANTONIO ESQUIVEL (PRIMERO DE FILOSOFÍA)

Anónimo dijo...

Lo que yo pienso sobre el tema, comienza cuando el hombre se hace una pregunta conocida y formulada desde ya hace tiempo, ¿quién soy?, ¿cuál es el sentido de mi existencia?.
El hombre a veces no sabe como responder a estas preguntas, el hombre no sabe a veces cuál es el sentido de su existencia y por lo tanto no tiene una identidad, porque no tiene bien definido el sentido de su vida, porque no encuentra una razón de existir, pero esa razón y ese sentido de nuestra vida nos la da Dios.
Fuera de Dios no tiene sentido la vida.
Muchas veces también nos hacemos una gran pregunta: ¿quién es Dios para mi?; esa pregunta nos va a consumir, si no tenemos claro lo que Dios significa para nuestra vida, Dios es mucho más que un pensamiento en el hombre. He aquí porque el hombre siempre ha buscado a la dividad de diferentes formas y maneras. Solamente cuando el hombre expresa su ASOMBRO por la divinidad es cuando está seguro de su propia identidad porque sintetiza ese ASOMBRO en una manifestación hacia Dios, no una manifestación puramente sensorial, sino que va más allá; conjuga sentimientos y expresiones de los más grandes juntamente con la sinceridad y el respeto.
Por otro lado tenemos a aquellos que desde un comienzo perciben la existencia de un ser superior pero que no lo quieren reconocer, por lo tanto lo quieren separar del hombre mismo y del sentimiento y de la idea del hombre, éstos son los que viven su vida como mera existencia y sin ningún sentido.
En conclusión Dios es quien da sentido a nuestra vida y fuera de Él nuestra existencia es vacía y sin sentido, y tendemos a no tener una identidad bien definida y vamos por la vida sin sentido y sin razón de existir, porque nos hace falta el talón que da sentido a la existencia misma del hombre si así le podemos llamar y ese sentido se llama: Dios.
Seminarista: Manuel Quinteros.

¿Quien soy? es una pregunta que todos deberiamos hacerla y de pensar un momento ¿de donde vengo? ¿para donde voy? son preguntas que no nos podemos explicar asi por asi, ya que no encontramos una respuesta explicita del que es el ser humano, ya que cada persona es un MISTERIO, envuental por dimenciones como la intelectual, la espiritual, la afectiva y humana. Le podemos dar unas respuestas, pero nunca en plenitud. Otra incognita es ¿Quien es Dios? como poder encontrarse con Él, como creer en lo que no veo, si no puedo encontrame con Dios, como puedo encontrarme con migo mismo.

El hombre se hace muchas incognitas acerca de todo, pero porque no mejor lo buscamos a Él, si Él es el Camino, la Verdad y la Vida, (Jn 14, 6-9), y si cuando nos preguntamos ¿Quien soy? nos resultan como nos lo dice el texto respuestas que se burlan de mi. Sea quien sea. Tu mi Dios me conoces, tuyo soy, Tu sabes lo que quiero, y lo que tengo tuyo es...

Oscar Esaú Maldonado (Primero de Filosofia)

D. Alejandro Martinez dijo...

En muchas ocaciones el ser humano se ha planteado distintas preguntas sobre lo que le rodea, pero en si una de las preguntas mas grandes que se ha hecho es sobre si mismo ¿Quien soy? Pero, no ha llegado a resolver en ciencia clara su respuesta.
Quiza por falta de conocimiento no ha llegado a dar su respuesta, aun varias veces me he planteado esta misma pregunta, aunque no dado una respuesta muy clara.
Nuestra existencia posee sentido y nosotros debemos de dar una respuesta sobre nuestra propia existencia.
Nuestros pensamientos debemos de referirlos a esta pregunta y descubrir ¿Quien soy yo?
Att: D. Alejandro Martinez

José Alcides Lozano dijo...

Este texto es muy conmovedor sobre todo la forma que esta escrito el ser humano por naturaleza es tracen dente esta interrogante es la mas eficaz a preguntarse todo ser ¿Quién soy? ¿de donde vengo? Es algo que por naturaleza estamos impulsados hacernos estas preguntas ¿de que naturaleza somos? Pero es un misterio que no se puede alcanzar a simple vista, se requiere, como se a dicho anterior mete un sentido tracen dente, o sea, el descubrinos como seres creados por Dios.
El hombre se revela como un experimento en el que el mismo toma parte activa i entra en juego. Desde la fe y a hi es donde se conjuga la incógnita con Dios la pregunta por el y por mi. Es este el lugar donde el hombre se pierde y se a ya continuamente, siempre remitido a Dios.

Flores dijo...

Algo que nosotros muy poco nos ponemos a reflexionar y nos preguntamos acerca de nuestra existencia, el motivo por el cual nos encontramos aquí, el porqué y para qué Dios nos ha creado. Por lo tanto es importante que tengamos conciencia acerca de nuestra existencia en este mundo para, así obrar correctamente. Como también es importante saber quien soy: para así darme a los demás según y conforme soy.