LO MÁS NUEVO

Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Uno de mis sueños




Esta noche pasada soñé con que volvía a la escuela; no es la primera vez que pasa, lo he soñado varias veces. Sólo que está vez tuvo una connotación especial. Yo estaba en el salón de clases donde cursaba mi noveno grado. Era un salón sencillo, como una gran caja de cartón llena de jóvenes estudiantes; y mientras un profesor -no recuerdo quién- hablaba desde su escritorio y todos seguíamos sus palabras, un pájaro negro se posó justo detrás de él, al que sacaba más de un metro de alto. De perfil a los espectadores como estaba, el ave extendió una de sus alas, como para mostrar su formidable envergadura, y sus plumas brillaron entonces como cristales negros. La imagen nos dejó a todos maravillados, pero antes de poder pensar en el origen de aquel prodigio, el pájaro alzó el vuelo. Lo vimos dar una vuelta o dos sobre nuestras cabezas y luego caer muy cerca de nosotros, muerto. Derribado en el suelo, el ave no era más que un gran montón de plumas y yo me lancé a coger una como quien trata de atrapar algo de gran valor. No sé qué hicieron los otros, pero yo sé que me puse a rebuscar en aquel cuerpo que parecía un árbol caído. Agarré una, dos, tres plumas, estrujé cuatro, seis, diez, pero ninguna era ya negra ni brillante. Se habían vuelto todas grises y apagadas, como si con la caída el ave hubiese perdido también el alma.

Quién hallara a José, el amado hijo de Jacob, el interpretador de sueños, para que me lo explicase.  

1 comentarios:

Caminar dijo...

Hay cosas espectaculares en la vida que nos atraen pero si las coges son como polvo que arrebata el viento. Todo es efímero en la vida. Sólo hay alguien que después de muerto, resucitó, sólo Alguien que al "agarrarlo", nos da la vida, la vida en plenitud.
Dejémonos coger por El y El se dejará coger por nosotros.
Un abrazo.
No soy José.