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Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

domingo, 7 de marzo de 2010

Las renuncias necesarias


La calidad ética de una persona se mide, no sólo por la bondad de las obras que realiza, sino, sobre todo, por la altura del fin ultimo que se ha propuesto en su vida y que ha sabido mantener a lo largo de ella. Pero proponernos un único fin supone una elección, y la elección supone siempre una renuncia. Nadie puede consagrarse a un gran fin sin pasar por el desgarramiento de la renuncia, y cuanto más alto es ese fin, más profunda y definitiva ha de ser ésta. Todas las grandes almas han tenido que pasar por ese trance.
Y este problema de fondo ha de plantearse claramente en términos de una alternativa: o sacrificamos nuestros intereses en aras del gran fin, o sacrificamos el gran fin para seguir nuestros intereses.
Si este análisis es válido para discernir el sentido de la vida humana en general, con mucha más razón ha de serlo en el discernimiento de los cristianos que emprendemos el camino cuaresmal.
El verdadero cristiano ha de saber que las renuncias, dolorosas y desgarrantes, desde nuestra humanidad, aparecen como absolutamente necesarias desde el momento que irrumpe el Amor total en nuestra vida con las exigencias de una disponibilidad total. Como hicieron Pedro y Juan, es preciso dejar la embarcación en la orilla, salir de nuestro mundo, para seguir al Señor (Cfr. Mt 4,22).
De tal modo que no es posible jugar a dos caras o reservarse devaneos en lo hondo del corazón. Las decisiones limitadas del hasta aquí, pero tal vez más adelante, son, posiblemente el obstáculo más grave que tenemos para llevar una vida en completa sintonía con Dios.

15 comentarios:

Paco Alonso dijo...

Hoy tus letras me encantaron muy especialmente, es un placer visitar tu espacio.

Gracias por compartir.

Cálido abrazo.

anita dijo...

"...los que entragan por completo su corazon a Dios..no mutilan para nada su capacidad humana..no empequenecen su corazon sino que lo engrandecen.

Escalante dijo...

Paco Alonso, el placer es mutuo.

Anita, esas palabras me parecen más que familiares. Gracias por traerlas a cuenta!

Norma dijo...

La vida es una contínua elección, por ende si tenemos la capacidad de elegir, también implica el saber renunciar. Y, si elegimos con y en amor, nunca nos costará renunciar. Gracias por tu entrada. Besossssssssssssssssssssssss

Escalante dijo...

Norma, expresas muy bien las ideas que giran en torno al post. Gracias por tu visita.

Hola :)

Estar en sintonía con Dios es una renuncia a cualquier otra sintonía y un desasimiento completo que todo lo que impida la sintonía.

Pero esta renuncia no limita, ya que toda sintonía es resonancia... y en al resonancia se amplifica lo fundamental. La renuncia es lo que nos permite crecer para a su vez conseguir que la resonancia más estable.

En la resonancia estamos limitados por nuestro "factor calidad" personal. Lejos de ser un impedimento, es el factor que nos permite acercarnos a Dios. Si queremos crecer hasta llegar a Dios, tenemos que afinar lo fundamental lo más posible... para así fundirnos con Dios mismo.

Estudiar los filtros de frecuencia es mística hecha física-electrónica :-))))

Saludos ;)

Myriam dijo...

La renuncia implica crecimiento.
Este no puede ser sin aquella.

Un abrazo

Escalante dijo...

Miserere mei Domine, ciertamente -siguiendo tu idea- un fin último, consciente y reflexivamente elegido, tiene como consecuencia fundamental la sintonía de nuestra existencia. Y es esto, justamente, lo que logra la resonancia de las grandes decisiones.



Myr, el crecimiento, principalmente el interior, es una consecuencia lógica de las buenas decisiones de renuncia.

Maricruz dijo...

Así es.

Angelo dijo...

A menudo les digo a mis hijos, que elegir siempre conlleva renunciar. Una elección es siempre dejar algo y a menudo la palabra renuncia se asocia a algo negativo, cuando en realidad ocurre lo contrario. Hacer la mejor elección. Esa sería la mejor respuesta a la definición de la palabra. Sólo así se puede encontrar el gozo a la renuncia.

Edit dijo...

Dejar de ser un poco, con cada renuncia, para ser en El.
Con cada renuncia, vamos extirpando un poco de egoismo, quitándonos el veneno de la tentación por ser solo yo...
Por eso las renuncias duelen y son al mosmo tiempo valiosas.
Me gusta visitar tu espacio roberto, es muy contundente a la hora de decir verdades.
Que tengas una hermosa semana.

Yahuan dijo...

Yo pienso que no a todos les supone igual esfuerzo una renuncia, esas cosas sólo hay Uno que las puede ver, pero bien que las ve, hasta lo más hondo. A lo mejor es pequeña la renuncia en apariencia, pero da tremendo dolor, eso es más que muchas apariencias que puedan parecer a priori magnas en tamaño.

El que ve, ve.

Un abrazo y buen ánimo en Aquel que nos conforta.

Anónimo dijo...

El sentido de la verdadera renuncia si es por amor duele pero no maltrata y mas que todo el sentido es el compartir no lo que me sobra , sino no lo que me hace falta y entre mas sentido le demos a la renuncia con mas gusto lo compartiremso con los demas , me desprendo del egocentrismo y regalo amor . Gracias Roberto por compartir la vida con todos nosotors que lo apreciamos
Su amiga
Aby

R.Portillo dijo...

Siertamente renunciar a algo o alguien que uno ama es muy dificil en verdad, implica cruzar el umbral del sufrimiento, pero la verdad en cierto modo lo correcto casi nunca es placentero para nuestra debilidad humana, si como dices hacer lo corecto implica sacrificio pero cuando se quiere en verdad algo el sacrificio se lleba con gusto...
Bendiciones y gracias por tan sabias palabras.

Abrazoz fraternos.-

EStoy perfectamente identificada con la expresión de nuestro amigo Angelo.Y así lo he expresado en distintos artículos. Es una mejor elección y no una renuncia , que justo expresa lo negativo de lo que cuesta dar el cambio. Siempre he dicho que cuando elegí seguir a Jesús no fue renunciando si no más bien desprendiéndome como se desprenden las células epiteliares para regenerar la piel y dejarla nueva. Así, empecé siendo una criatura nueva.
Gracias por su aportación amigo Angelo.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P