LO MÁS NUEVO

Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

miércoles, 13 de enero de 2010

Adivina adivinador

Es más común tener cuatro computadoras que ninguna, aunque lo más habitual es que haya dos o tres. Lo normal es que coexistan dos o tres televisores y es tan frecuente tener cuatro como uno. Lo usual es disponer de varios celulares, diversos dispositivos para jugar con videojuegos, conexión a Internet, cámaras de video y de fotografía –por supuesto digitales-reproductores de Mp3, Mp4, video, DVD y Teatro en casa.

Ahí va la primera pregunta: ¿De qué estoy hablando, de una sección de informática y electrónica de un almacén de prestigio o del equipamiento tecnológico de un menor en un hogar de clase media?

Hay niños que construyen sus juguetes a partir de materiales de desecho. Por ejemplo, unos edificios y camiones con palos, alambres y latas. Un "juego de cocinitas" con corcholatas de sodas. Unas cometas o “piscuchas” a base de plásticos. Los objetos son realmente sorprendentes. La imaginación con que se las arreglan los pequeños para poder divertirse con tan pocos medios es de resaltar, realizan verdaderas obras de arte.

Vamos a la segunda: ¿Esos niños existen en el siglo XXI o solamente los estoy imaginando?

Unos exhiben una sonrisa amplia, satisfecha y orgullosa mientras muestran la última fotografía con la cámara del celular que los retrata. Los otros fruncen el seño porque les falta un palito a la medida para su último invento.

Estas son la tercera y la cuarta: ¿Quiénes son los ricos y quiénes los pobres?, ¿Quiénes más felices?

11 comentarios:

P. Enrique dijo...

ROBERTO gracias por sus palabras en mi blogcito. Me disculpo por no haberle contestado con prontitud el mensaje anterior.Gracias también a usted por su espacio, creo que abriendo estos espacios somos portadores de luz en una red tan inundada de tinieblas.

los felices son los que se contentan con poco porque viven satisfechos. Me ha gustado mucho este post.
:)

ELILUC dijo...

...ser feliz con lo que se tiene y trabajar hacia el progreso...
un beso

Angeles dijo...

Ni los niños ni los grandes necesitamos muchas "cosas" para ser feliz. La felicidad no se compra ni se vende.
Besos:)

Anónimo dijo...

Siempre te visito, lo que escribes alimenta mi alma y me hace pensar.
Los niños que tienen todo lo que dices, no son felices, siempre quieren tener más.
Los niños pobres del siglo XXI, tienen mucha imaginación y son felices jugamdo con una pelota de trapo o jalando un carrito.
La felicidad, no está en tener sino en poder dar.
!Feliz fin de semana!
Espero tu visita.
Cariñosamente,
María del Carmen

Hola :)

Realmente hemos construido la sociedad de la indolencia y la desafección. La imaginación.. o se comercializa convenientemente modelada o se desecha como subversiva.

Imaginar es casi un delito... si imaginamos más allá de lo que nuestros dirigentes nos proponen como lícito.

Nuestra sociedad nos enseña de pequeños comprar la imaginación y arte ajeno... a costa de desechar nuestras capacidades personales.

Dios nos ayude. Un saludo cordial :)

La modernidad nos ofrece un sin número de facilidades, pero no necesariamente eso nos da felicidad, Los que menos tiene usan su imaginación para divertirse y crear juguetes y eso no necesariamente los hace más felices ante la carencia de los bienes materiales.

La felicidad es un estado de ánimo que nosotros escogemos, a veces el materialismo nos da una falsa sensación de felicidad, pero ante la carencia de las cosas básicas para vivir, es difícil que los niños y niñas sean también felices.

En donde estará entonces nuestra verdadera felicidad, creo que en un equilibrio y no en esa separación entre lo que lo tienen todo y los que no tienen nada.
Saludos

icue dijo...

Es verdad que no es más feliz el que más tiene, a veces eso solo produce egoismos.
Es muy positivo, cuando se tienen muchas cosas saber dar algunas al que no las tiene.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Roberto, precisamente hace unos días salimos de paseo en familia, a unos ranchitos que están cerca de la ciudad en la que vivo, llegamos a observar un templo católico que esta entre cerros y arroyos, se ve que es una construcción antigua, no hay casas cerca de el, pero por lo que observamos celebran misa, nos bajamos a tomarnos unas fotos.

Mientras observaba el lugar pude apreciar que había unos hoyitos en el suelo, no hice ningún comentario, pero recordé mi infancia, crecí en el campo y me encantaba jugar con los animalitos que hacían esos hoyitos, se suponía que si los llamábamos por su nombre estos salían del hoyito, era algo que me gustaba y entretenía hacer, en eso se acerca mi suegra y me hace un comentario sobre lo mismo, las dos crecimos en el campo, y como puedes ver no necesitábamos tanta tecnología para ser felices.

Me gusto tu blog, recibe un afectuoso saludo desde México.

Martha.

Cuando yo tenía 6 años, nos encontramos a un pobre que mendicaba y mamá me dio 2 reales que antes de dadrselos al pobre me habían enseñado a besar ambas caras dando gracias a Dios por poder dar algo. El pobre inmediatamente nos echó una maldición porque se parecía poco lo que le habíamos dado, a lo cual yo le dije a mi mamá«¡Mami! este señor no es pobre! y mi mamá me dijo:«¿Por qué dices que no es pobre hijita mía?. pues porque los pobres son agradecidos.
Esta es la cuestión, el que es agradecido es humilde y todo le parece un regalo.
Por otro lado, hablando de la alegría del verdadero pobre, siempre me había llamado la atención la alegría de los gitaños que con su carro y lo puesto dormian debajo de los puentes. Siempre los vi contentos y cantando, cosa que poco veremos hacer a los payos.
Los niños del siglo XXI, siguen la misma pauta conductual que su anterior siglo, lo tienen todo y no son felices, pronto se sacian de lo que tienen, no obstante , recuerdo que en mi ñinez, de cualquier trapo hacíamos una muñeca y de un palo una espada, jugabamos con la imaginación y eso nos daba alas para volar.Hoy ya no se piensa, casi todo se los da ya hecho y sin imaginación hay pocas esperanzas de tener ideales.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

Yahuan dijo...

Qué desgracia de mundo! ayy

Mucho por hacer, ¿no?