LO MÁS NUEVO

Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

sábado, 9 de enero de 2010

La lógica del dar y recibir


Dar es un acto propio de la dignidad de persona, porque sólo aquel que se posee puede darse o dar algo realmente suyo. Por ello, al dar la persona en cierto modo se disminuye, en el sentido de que no puede dar sin perder de alguna manera. Sin embargo, esto que da, sea una palabra, una idea, un afecto o una cosa, es siempre algo menor que sí mismo. Por eso, cuando la persona recibe las gracias, recibe algo mejor que lo que dio, porque las gracias siempre tienen la dignidad de la persona que agradece. Así pues, cada “gracias” que decimos enriquece a quien lo escucha, porque le hace recuperar, mejorado, aquello que dio.
Para saber agradecer, entonces, hay que partir del deseo de que el otro pueda crecer en su ser de persona humana. Lejos de toda exageración, adulación o simulación, el verdadero agradecimiento es un amable estímulo en la línea de la generosidad, de la eficiencia y de la prudencia. El agradecimiento ha de ser oportuno, sincero, afectuoso, pero sobre todo, gratuito. Nunca hay que mezclar un acto de agradecimiento con nuevas peticiones, pues muy fácilmente van a sentir que se está simplemente haciendo un negocio. Al contrario, hay que dar las gracias como si no fuéramos a volver a ver a la persona.
Es ésta la razón por la que no hay gratitud más hermosa que la que tenemos a Dios. Porque su gracia nos hace agradecidos, y nuestras gracias nos hacen gratos.

2 comentarios:

Paco Alonso dijo...

GRACIAS!!!

Por compartir la palabra DIOS

Angeles dijo...

GRACIAS!
Besos:)