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Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

viernes, 1 de mayo de 2009

Aprendiendo de los "cuentos".


A veces los cuentos no son sólo “cosa de niños”, aunque lo parezcan. Si se sabe leer entre líneas, los cuentos nos lanzan verdades como puños que, de otra manera, nos serían de difícil digestión.

Todas las culturas y tradiciones poseen epopeyas e historias repletas de personajes que transmiten saberes útiles para todos. Acá en El Salvador, por ejemplo, tenemos el cuento o leyenda del “Cipitío”, que está en estrecha relación con el relato de la “Sigüanaba” y podría enumerar otras, sobre todo los cuentos de Salarrué, un escritor con una capacidad literaria muy impresionante.

Pero, a lo que quiero llegar es que ante el creciente despliegue del egoísmo narcisista, los cuentos se elevan como auténticas armas de construcción masiva, porque toda búsqueda sincera de valores nos conecta a nuestra humanidad. Así podemos descubrir una riqueza impresionante de enseñanzas en los cuentos y novelas, basta sólo analizar un poco su estructura. Trataré en algún momento de descubrir esto, desde mi percepción personal. Por el momento la pequeña novela del Principito me invita y nos invita a dar un paseo por sus personajes. Puede que nos abran a la sorpresa de descubrir lo inesperado…

2 comentarios:

Lucía Elisa dijo...

los cuentos son legados de nuestra sociedad especialmente los que vamos pasando de generación en generación. como bien dijistes nunca debemos quedarnos con el mero significado literal... algo esconden. buena entrada, un abrazo

Desire dijo...

Hola Roberto he venido a agradecerte por tus oraciones y tu acompañamiento virtual en estos dias, me han ayudado muchisimo.
Un fuerte abrazo!