La renuncia del Papa.
Hoy es uno de esos días en los que todos (al menos todos los católicos) recordaremos. Dentro de unos años nos dirán: “¿Oye, tú dónde estabas cuando dimitió Benedicto XVI?” Como en tantas otras ocasiones yo estaba escuchando la radio, a primera hora, y abrí el Twitter para despejarme y enterarme bien, de paso, de lo que estaba pasando. Y así me encontré con la noticia: Sí, el Papa ha renunciado al ministerio.
No es una broma pesada como creían
algunos. Es verdad, ha dimitido. Bueno, oficialmente la Sede Vacante no
comienza hasta el día 28 a las 20:00, pero Benedicto XVI es ya un Papa
dimisionario. El primero que lo hace desde hace más de 500 años y el primero
que lo hace acogiéndose al canon 332.2 del actual Código de Derecho Canónico.
Pero más allá de lo
históricamente extraordinario que resulta – pues estamos viviendo Historia de
esa con mayúsculas – la dimisión de Benedicto XVI es un gesto profético de gran
calado en el mundo actual. Por el contexto en el que se produce y por cómo él
mismo ha querido anunciarlo.
¿Qué es lo que tenemos por
delante? Por de pronto, les invito a una oración de acción de gracias por el
ministerio de Benedicto XVI y, al mismo tiempo, de petición al Señor para que
vaya iluminando ya desde ahora a los cardenales que en próximas fechas deberán
elegir a su sucesor.
1 comentarios:
Hola Roberto, mucho pero mucho tiempo que no paso a leerte.Tras regresar de Argentina a España, retomo mi blog.
Me parece bien la dimisión del Papa, sea por motivos de salud u otros. Ejercer la libertad, es propio de los hijos de Dios y una decisión de ese calibre, seguro que no lo ha hecho sin contar con Dios.
Gracias.
con ternura.
Sor.cecilia
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