LO MÁS NUEVO

Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

viernes, 31 de agosto de 2012

Caminar en oscuridad (1)




En la gran tarea de nuestra transformación interior que nos exige el Evangelio, no todo es cuestión de esfuerzo que ha de ser coronado con el éxito, sino que ha de contar siempre con nuestra pobre realidad, débil por naturaleza y siempre desgarrada por profundas contradicciones. Cambiar nuestra persona es el trabajo más arduo, más ingrato y más desesperante que existe sobre la tierra.

¿Quién no se siente defraudado al comprobar, día tras día y año tras año, la pervivencia de las mismas miserias y defectos, las contradicciones sangrantes entre lo que deseamos hacer y lo que hacemos, las sorprendentes y vergonzosas caídas que ponen en entredicho el nivel moral que creíamos tener? ¿Y cómo no sentir las tentaciones del desaliento, cuando estos continuos fracasos parecen ser la prueba fehaciente de nuestra irremediable impotencia?

Una y mil veces chocamos con la dura realidad: los ideales que nos proponemos están destinados a ser desmentidos por nuestra forma de vivir, y el buen concepto que cada quien tiene de sí mismo ya no es tan alto cuando tenemos que valorarnos por lo que realmente hacemos. Y nos viene, naturalmente, la amargura que produce siempre el fracaso y la profunda contrariedad de nunca vernos libres de nuestras miserias.

En este doloroso contexto, pues algo se puede decir para no caer en la desesperanza. Así que espero que los próximos post a publicar den algo de luz al camino que cada uno recorre. 

2 comentarios:

Angelo dijo...

hasta que no aprendamos a vernos con los ojos de Dios, creo que siempre sentiremos ese fracaso.
Un abrazo y mi oración

Caminar dijo...

Santo Adviento.
Un saludo en Cristo y María-Virgen.