Invisible
En visita a un enfermo ya mayor, me comentaba que se siente, a veces, como vidrio, pues siente que nadie se fija en él, que nadie lo ve.
Supongo que hay una gran verdad en sus palabras, pues el grado de invisibilidad de muchos ancianos aumenta a la vista de una sociedad que tiene como ideal lo nuevo y joven.
Según un conocido filósofo italiano, la vestimenta vulgar es aquella que no orienta la mirada del otro hacia la cara. Es decir, la de quien prefiere que se atienda a otros encantos antes que a su mirada o a su sonrisa. Puede que tenga razón, porque las caras más dulces y serenas, las más amables y expresivas, las que mejor reflejan el alma son, precisamente, las de los mayores. Y si casi nadie las mira...
Hoy me he entretenido mucho con este señor risueño, en su pequeña casa. Me ha contado montones de cosas y, al despedirnos, me ha pedido que la próxima vez le recuerde quién soy, porque posiblemente se le habrá olvidado. Le resultaré invisible por cuestiones de su edad. A él no le preocupa ser invisible para otros, sino que los demás lo sean para él.
3 comentarios:
Ufff, que triste. Tanta riqueza al alcance de los demás y no se ve...
Hoy lo elijo como post a recomendar en mi blog. Un fuerte abrazo
Lo que recomienda Angelo siempre es recomendable, en este caso... más. Me gustó mucho, me sirvió de mucho. ABRAZOS.
Lastimosamente estamos tan embueltos en este mundo artificial q nos olvidamos de la misericordia a los demas, a los ancianos, de la piedad, atención y paciencia a ellos..... la vida se esta poniendo cada dia mas complicada para nuestros adultos mayores, si no terminan en una casa de ancianos, terminan olvidados en el ultimo rincón de la casa.... Lastima no cuidarlos como lo mas preciado! Lo ideal sería cuidarlos para recibir ese mismo cuido nosotros(^_^)
en verdad linda entrada. Su amiga x siempre =)
Publicar un comentario