LO MÁS NUEVO

Lo que aquí se expone son meditaciones personales, no una doctrina. Si este espacio, nacido y expuesto desde la reflexión personal, ayuda a que otros reflexionen sobre sí mismos y orienten su vida hacia los valores del Evangelio, habrá conseguido su única finalidad.

sábado, 5 de enero de 2013

Los regalos y los Reyes




Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron: después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos…”

Me ha dicho un colega que soy afortunado pues recibo muchos regalos. Le he respondido que no sé por qué me dan obsequios pero que al final me siento sumamente agradecido pues responden a un anhelo muy humano y muy difícil de describir.

Cierto que los regalos son siempre algo externo, algo que se queda fuera, que –en la mayoría de los casos- sólo se puede usar y que, indefectiblemente, terminará por perderse. El regalo en sí importa poco. Importa todo, sin embargo, el cariño que se pone en él. Me decía otro colega que los regalos deben aceptarse siempre, porque si te los ofrecen por cumplir y los rechazas, se fastidian, y si los dan de corazón, el rechazo dolería mucho.

El regalo auténtico es una forma de decir: “Te conozco y por eso te doy algo que te gustará, pero sobre todo me alegro mucho de que existas”. O algo así. Los regalos de verdad no son pagos de gratitudes ni formas de ostentación ni inductores de la generosidad ajena. Son la materialización de un afecto que resulta incomprensible con palabras, como un misterio, y busca otros aliviaderos expresivos. Por eso conmueven más algunos.

Que a ejemplo de los Reyes Magos sepamos regalar y también recibir. 

0 comentarios: