Campaña política
La mezcolanza que se nos ofrece a diario a los salvadoreños desde hace más de un año, en razón de las elecciones que ya casi llegan, nos ofrecen tantas denuncias y tanta campaña sucia, que está produciendo en muchos un empacho inaguantable: náuseas, violencia e inapetencia; resignación, impotencia, deseos de que esto acabe…La campaña sucia es como una oleada nauseabunda, que va y viene; ácido que nos amargan la vida con las repetición de mensajes que hasta los niños se saben de memoria.
A pesar de ello, hay que reconocer que es bueno mantener aun cierta sensibilidad frente a la mezcla detonante de campaña. Pues mucha gente se ha acostumbrado ya a esos olores fétidos y viven tan tranquilos respirándolos a pleno pulmón. Cuando el ambiente apesta, es bueno mantener sano el sentido del olfato, pues en caso contrario corre uno el riesgo de morir asfixiado.
A corto plazo parece que no se pueden esperar resultados demasiado tangibles en las elecciones. Y el que gane tiene que buscar soluciones radicales que están muy por encima de nuestras fronteras. Pero el aporte de cada uno de nosotros es de suma importancia. No se llegará a soluciones eficaces a gran escala si no se empieza por aportar nuestro derecho de voto. En nuestro ambiente hay gente honrada, que no ha dejado que la campaña carcoma su criterio. Pero necesitamos, pienso yo, más conciencia y una opción más radical hacia lo que nos corresponde. Además de una coordinación bien planificada e implementada de nuestras preferencias políticas para no caer en fanatismos violentos e irrespetuosos.
Me gustaría que el domingo, día de las elecciones, se pusiera en movimiento una gran marcha de personas que optan en serio por la participación democrática, con todas sus consecuencias. Que optan por ser honrados a carta cabal, cueste lo que cueste. Que estén dispuestos a jamás aprovecharse de nadie, a pesar de las burlas de los infectados por la campaña. Nada de violencia electoral, ni a pequeña ni a gran escala; aunque parezca eso una utopía… Gente que sepa ver a Dios en todo esfuerzo serio por construir la justicia; y se de cuenta de la ausencia de Dios en todo lo que sea corrupción.
Sólo con personas que hayan optado seriamente por la justicia se podrá construir un país nuevo. Es necesario que tengamos dirigentes, a todos los niveles, de los que nos podamos fiar. Y grupos de pueblo honrado a cabalidad, de manera que podamos construir todos juntos, confiadamente, una nueva realidad. Sólo así se podrán desenmascarar con eficacia las inseguridades reinantes. Y, sobre todo, ir construyendo un mundo nuevo en el que reine una auténtica justicia para todos.
6 comentarios:
Pido a Dios para que esa persona que gane las elecciones tenga el mejor proposito de hacer las cosas mucho mejor que sus anteriores. Que Dios Bendiga El Salvador.
Qué tenga el buen propósito y la valentía para desempeñar una tarea difícil pero necesaria. Saludos Víctor!
Espero que tu país encuentre un buen camino... Pero francamente, no me fio de nadie. El poder corrompe.
Un beso, amigo
Natacha.
Hola Roberto¡
Que gane el mejor "y construyan ese mundo nuevo en el que reine una auténtica justicia para todos"...Suerte¡¡¡
Besitos¡¡
Natacha, efectivamente el poder corrompe, pero siempre es necesario fiarse de alguién para no caer en el desánimo de mejorar cada día un poco...
Ilusión, muchas veces no gana "el mejor", pero es necesario dar un aporte a la democracia...
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