Escuchadores
No existe mejor modo de
aliviar el dolor que descargándolo sobre otro corazón. Y esto, en la mayoría de
casos, sólo es viable traduciéndolo en palabras y en tiempo de alguien que
escuche. Hay una gran demanda, por eso, de escuchadores. No de gente que ponga sólo
la oreja, sino de gente que ponga el corazón y escuche sin limitarse a procesar
unos sonidos, sin atenerse sólo a lo que se dice, sino a lo que se intenta
decir. Casi todo el mundo quiere que le interpretes, que le evites tener que
decirse del todo. Menos unos pocos, que sólo dicen lo que quieren decir y esto
coincide con lo que quieren que se sepa.
Así que no me extraña que la
mayoría de fieles que tengo cerca, demanden más tiempo, un trato menos técnico
y más humano. Quieren llenarse de confianza y no sólo de consejos. Semejante
pretensión es siempre comprensible, pero más para quienes sufren moralmente,
que quieren poder decir “Padre” y que les preste toda la atención posible.
Porque en el fondo, escuchar es eso: prestar atención y esforzarse por entender
al otro como el otro se entiende a sí mismo. Quizá por eso casi todos los
grandes sacerdotes son, a la vez, grandes humanistas !Cuánto me falta Dios mío!
2 comentarios:
Desde aquí gracias a todos los sacerdotes que me han escuchado en mis momentos de duda, de estar perdida.
y espero y pido, poder escuchar a mis amigos, compañeros, y a cualquiera que se me acerque para que vean en mi la oreja de cCristo.
Tiene toda la razón.
Más claro ni el agua.
Gracias por tan bella entrada.
DTB!!
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